domingo, 27 de marzo de 2011

Hermann Göring, el más particular ayudante del Fuhrer



Hermann Wilhelm Göring nació en el sanatorio Marienbad en Baviera. Su familia formada por sus padres y sus cinco hijos era rica y de clase aristocrática, su padre incluso fue gobernador de una parte del África alemana.

Viviendo en un castillo, estudiante en escuelas militares famosas y amante del arte, Goring no tuvo una infancia ni una juventud normal.

Luchó en la I Guerra Mundial como piloto donde fue herido y derribó numerosos aviones.

Tras la guerra, en 1922 se unió al Partido Nazi y se convirtió en el lider de las SA. Fue herido en el Putsch de la cervecería, debido a lo cual se hizo adicto a la morfina. Perdió el liderazgo de las SA en favor de Rohm y tomó parte en la Noche de los cuchillos largos.

Tras varios ascensos, cargos y reconocimientos fue nombrado en 1935 general de la Luftwaffe de Hitler.

Estaba en lo más alto de su carrera y se había casado con una sueca llamada Karin von Kantzow, que falleció poco después en 1931. Sin embargo, poco después se casó otra vez, en esta ocasión con Emmy Sonnemann, una actriz alemana.

Durante la II Guerra Mundial fue nombrado Primer Ministro de Prusia y Ministro de la Luftwaffe, probablemente la fuerza aérea más poderosa del mundo.

El Fuhrer en persona, incluso llegó a nombrarle su sucesor en 1941, decisión que cambiaría con el paso de los años. Ese mismo año fue ascendido a mariscal del Reich.

Aficionado a diseñar uniformes militares, segundo del régimen y relacionado con las leyes contra los judíos, pese a que personalmente salvó la vida a varios judíos amigos suyos.

Intentó perjudicar a otros hombres importantes del Reich pero finalmente fue su persona la que empezaba a perder popularidad hasta pasar a un segundo plano al final de la Guerra por las derrotas de la Luftwaffe. En 1945, escribió a Hitler para pedirle que le dejara la dirección del Reich a él, el Fuhrer enfadado mandó  detener a Goring e incluso asesinarlo.

Acabada la guerra Karl Donitz tomó el control pero Goring quería mantener una posición importante el nuevo gobierno, contactó con los aliados pero le detuvieron en 1945 y fue juzgado en los juicios de Nuremberg como la figura más importante del régimen aún viva y presente allí.

Iniciado el juicio, se "enfrentó" al fiscal Robert Jackson, los primeros días consiguió defenderse de las acusaciones con solvencia. Finalmente, el fiscal pudo demostrar su participación en la famosa Conferencia de Wannsee, donde se planeó la Solución Final.

Fue condenado a morir en la horca pero el quería morir fusilado, privilegio que se le negó. Pero hasta en sus últimos momentos Goring demostró ser más listo que sus captores y se suicidó con una cápsula de cianuro en octubre de 1946, horas antes de su ejecución. Para evitar que se culpara a su esposa o su doctor (que les habían visitado horas antes de su suicidio) escribió en una carta que se había suicidado con una cápsula que siempre tuvo en la cárcel. Nunca se supo como verdaderamente el cianuro llegó a sus manos, incluso se habla que alguien de la prisión pudo haberle ayudado a morir.

En cualquier caso, Hermann Goring, fue incinerado y sus cenizas lanzadas a un río. De esta forma acaba la historia de uno de los nazis más importantes de la historia y estrella del juicio de Nuremberg.


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